Crítica | ¿Es el Neuromarketing una estrategia de manipulación disfrazada de cientificismo?
- TeLi Comunícate
- 26 nov 2018
- 2 Min. de lectura
El neuromarkething al igual que Community manager se han convertido en términos capaces de traspasar cualquier barrera idiomática, acaparando la atención del mundo empresarial.

Diseño: eBents
Motivado por las posibles deducciones que permitan “controlar” los pensamientos, las reacciones y emociones de los consumidores el neuromarkething se ha extendido en los últimos años, hasta convertirse en una disciplina “de moda”, como variante del markething profesional.
Grandes empresas mediante un esfuerzo económico considerable hacen investigación neurocientífica y las utilizan para desarrollar sus marcas, packaging, logos, enfoque publicitario etc. y hay casos de éxitos notables, pero extrapolar estas técnicas de neuromarketing como si fuera la panacea y dar como cierto que todo se basa en el estudio de las emociones.
La crítica es que estos tipos de técnicas normalmente se desarrollan en laboratorios, los sujetos analizados están condicionados y contaminados por el medio, además las variables como la edad, estado anímico, condición socio económica, aptitud sexual, etc. pueden distorsionar los datos de forma que intentar generalizarlas y aplicarlas al marketing puede ser erróneo y poco fiable.
Así, el objetivo de muchos estudios de neuromarketing, no es tanto conocer cómo funciona el cerebro del consumidor, sino buscar, mediante técnicas neurológicas, estrategias de engaño emocional. Considerar al consumidor como un ser irracional y, por ello manipulable, conduce a diseñar una publicidad no informativa ni racional, sino emocional y basada en las imágenes de marca.
Por lo que se permite abrir un debate que cuestiona la intencionalidad de las empresas que recurren a estas técnicas más allá de la eficacia y calidad de sus productos. Lo que nos lleva a contemplar el hecho de que se esfuerzan más en investigar si un cambio de color del envase o el uso de una imagen llamativa en la publicidad puede cambiar una respuesta racional (comprar lo que es de más calidad y más barato) por otra emocional (comprar un producto más caro y peor, debido a su imagen publicitaria o su marca).
Sin duda las neurociencias pueden ser una gran arma, pero si todos utilizan las mismas técnicas acaban en mayor o menor medida por neutralizarse. El dilema ético entre lo que es correcto respecto al tratamiento de la información que les proporcionan los consumidores a las empresas respecto a sus productos seguirá abierto sin embargo queda claro que lo importante hoy día es motivar al consumidor a tal punto que el producto o marca logre vincularse con sus vidas cristalizando un impregnar emocionalmente a lo largo del tiempo.
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